El clásico entre los equipos de Peñarol y Nacional fue suspendido por varios incidentes que volvieron a ocurrir en la tribuna Ámsterdam, en lo que fue la previa del partido. Varios policías fueron agredidos, muchos hinchas detenidos e incluso una garrafa fue arrojada desde la cima de las gradas a la Guardia Republicana.
La semana del clásico no había comenzado nada bien. Muchas idas y vueltas entre los dirigentes y las autoridades del Ministerio del Interior por la habilitación o no de la Tribuna Olímpica.
Se lanzaron varios comunicados por aquí y por allá. También muchas culpas por aquí, y por allá. Lo cierto es que finalmente se decidió abrir la tribuna a la gente del fútbol y los hinchas sanos del fútbol también dieron a conocer su respectivo comunicado.
Un total de 800 entradas fueron vendidas para la mencionada tribuna y un panorama muy desolado el que se encontraron con un pulmón inmenso en el medio.
La historia no siguió nada bien. A falta de casi dos horas para el comienzo del encuentro, en los alrededores del Estadio no había un ambiente así como para decir que se iba a jugar el partido con más historia en el fútbol uruguayo. Y es que ni el ambiente ni el movimiento eran los propios de un día habitual de clásico.
Cuando ya faltaban pocos minutos para la hora del partido en la Tribuna Ámsterdam se veía, desde lo lejos, que algo extraño ocurría y es que no se estaba llenando al mismo ritmo de la Colombes o de las demás gradas. Todo porque ya se habían suscitado los robos a los puestos de comida rápida y también que parte del personal de recaudación había sido agredido por hinchas.
Los funcionarios de la policía y la seguridad privada, que controlaba el acceso a la tribuna, se habían retirado del lugar. De ahí en adelante, los alrededores de la tribuna Ámsterdam fueron un caos total; mientras desde lo alto de la tribuna muchos hinchas lanzaban todo tipo de objetos hacia la Guardia Republicana que estaba allí, lanzaban piedras, botellas, butacas y hasta dos garrafas.
Otro grupo de los efectivos policiales, a caballo y también en motos, alejaba a los hinchas que generaban dichos disturbios. Minutos después, se pudo escuchar los disparos de varias balas de gomas.
Estos sucesos contrarrestaban enormemente con un grupo de centenares de hinchas del equipo de Peñarol que a un lado del Polígono de Tiro y del Parque Luis Méndez Piana aguardaban con determinación si el partido iba a seguir o si se iba a suspender. Cuando se enteraron de la decisión final de las autoridades, los hinchas se fueron sin generar ningún problema.
source http://segundoenfoque.com/el-clasico-fue-bochornoso-21-296353/
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