A 12 años del incendio en República de Cromañón, se recordará a los fallecidos en el barrio de Once, lugar donde sucedió todo. También se harán actos en el Obelisco y la Plaza de Mayo. Una suelta de globos a las 22.50, horario en que comenzó el hecho, será realizada afuera de lo que fuere Cromañón.
El hecho
El 30 de diciembre de 2004, una banda de rock buscaba cerrar su año ascendente. El lugar era República de Cromañon, y el grupo, Callejeros. Los guardias de seguridad cortaron 4500 tickets. Sin embargo, la capacidad máxima del lugar era de 1031 personas. El cantante, Patricio Fontanet, cortó la música de repente. Había una bengala encendida:
-Rescatensé un poco porque se prende fuego el lugar- predijo.
Minutos después, con la música sonando, desde el público se iluminaba otra bengala. Sin embargo, esta vez, el recital siguió su curso. La mediasombra, artilugio del lugar para un mejor sonido, recibió un chispazo. Rápidamente se encendió. Al igual que la capacidad del lugar, la colocación de la mediasombra en el techo estaba prohibida por su material inflamable. Empezó a caer plástico derretido, las luces se apagaron y un humo tóxico interpeló las narices de los jóvenes. Comenzó a regir el instinto, impulsado por la desesperación.
El público intentó huir por una salida de emergencia, pero una cadena con candado cerró el paso.
El lugar contaba con dos salidas para esas 4500 personas. Un mapa de Cromañón muestra lo estrecho de esas puertas. El público intentó huir por una salida de emergencia, pero una cadena con candado cerró el paso. No hubo escapatoria. Los que pudieron salir estaban cubiertos de hollín. Tosían y vomitaban un líquido negro. Ambulancias, sirenas, bomberos. No alcanzaba la capacidad de éstos para cubrir lo que sucedía. Hubo jóvenes que volvieron a entrar a Cromañón para rescatar gente. Algunos no pudieron volver.
Al día de hoy aquella tragedia cumple 12 años. 194 fueron, en su mayoría jóvenes, los fallecidos. Los heridos y sobrevivientes, que fueron 1200, recuerdan que los matafuegos estaban vacíos. La causa había sido su uso anterior para apagar otros focos de incendio en el lugar. Ninguno de los 76 inspectores de la Ciudad denunció esto. Tampoco pensó que Cromañón debía clausurarse.
¿Quién fue?
Por fuera de la ley, las acusaciones se pasaban de mano en mano. Omar Chabán culpaba al público por prender la bengala. Los sobrevivientes y padres de las víctimas, a Chabán. También a Aníbal Ibarra, Jefe de Gobierno de la Ciudad. Cuando se empezó a investigar quedó claro sólo una cosa: era imposible que República de Cromañón estuviera habilitado. La connivencia de los controles estaba sobre la mesa y no tenía modo de refutarse.
En eso se basa la condena que se le hizo a Callejeros, por cohecho. Según el dictamen, la banda sabía de las deficiencias del lugar. Sin embargo pudo tocar, más allá de que las condiciones de seguridad no estuvieran. Los defensores del grupo argumentan que “la música no mata”. Sin embargo, Memoria Y Justicia Por Nuestros Pibes, Familias Por La Vida, No Nos Cuenten Cromañón, Nosotros Lo Vivimos y Que No Se Repita, son organizaciones que creen en la culpabilidad de Callejeros.
Hoy, a 12 años de Cromañón, se ven las zapatillas que quedaron tiradas luego del incendio. Todas están colgadas afuera del local, hoy clausurado. Cada 30 de diciembre, sobrevivientes, familiares y organizaciones se juntan en esa especie de santuario creado para la memoria. Allí radica la fuerza de todos ellos, en el recuerdo de los que ya no están. Pero también sirve para recordar el hecho y, sobre todo, para que no pase nunca más.
source http://segundoenfoque.com/cromanon-reactiva-la-memoria-57-308997/
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