Como es sabido por muchos, la ansiedad es una respuesta muy común ante una amenaza, pero si aparece de una forma muy habitual sin un desencadenante real debemos aprender a controlarla para evitar que nuestra salud se vea afectada.
La gran mayoría de las personas han experimentado en algún momento taquicardias, estado de alerta, sensación de amenaza o peligro, dificultades para respirar o sensación de ahogo en la garganta. Es muy probable que consideremos la ansiedad como una enfermedad porque, a veces, incapacita a la persona que la sufre. En ocasiones, tiene reacciones que asustan y que las personas que están a su alrededor no comprenden.
Cuando las constantes sensaciones de ansiedad te abrumen, puedes pensar que podrías morir, ya que, por momentos la garganta se cierra y no puedes respirar. No obstante, el pensar así sólo podría empeorar las cosas y te sentirás mucho peor. La ansiedad es conocida por ser una respuesta ante una amenaza que nos permite protegernos ante algo que nos afecta a nosotros o a algún ser querido. Por lo tanto, podemos decir que todos en algún momento la hemos experimentado.
No obstante, existen situaciones donde esta respuesta no está cumpliendo del todo su función. Aunque no parezca a simple vista, la ansiedad provoca cambios bruscos en nosotros, que hacen que nuestro cuerpo actúe tal y como está programado para enfrentar una situación de amenaza.
De esta manera, con respecto a nuestra parte cognitiva, empiezan a pasar por nuestra mente imágenes y pensamientos que no solo nos activan, sino que nos permiten pensar y establecer una estrategia de huida.
Es muy cierto que la ansiedad en sí resulta ser algo muy natural, y aunque aparece en los momentos en los que no debe, no tendría por qué ser algo tan negativo. No obstante, el vivir en un estado de alerta constante donde cuando menos lo esperamos la ansiedad hace acto de presencia, puede pasar una importante factura a nuestra salud.
El determinar el origen de la ansiedad permitiría cortarla de raíz para que esta empiece a cumplir su función natural y no aparezca cuando no tiene que aportarnos más que malestar. Lo más recomendable es no ignorar los síntomas sino, por el contrario, asistir al médico ante cualquier reacción desfavorable.
source http://segundoenfoque.com/que-debes-saber-sobre-la-ansiedad-43-354463/
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