Waitress: una mesera llega a Broadway

Estados Unidos. – El musical consiguió 4 nominaciones a los premios Tony y nos muestra, mediante pasteles y postres, la cruda realidad del matrimonio y la vida.

“Let’s see what other amazing thing baking can do.” (“Veamos qué otra cosa maravillosa se puede crear al hornear”), dice una de las canciones de la obra y resume bastante bien su contenido. Basada en la película del mismo nombre del 2007, “Waitress” explora la naturaleza humana, las relaciones interpersonales, usando como refugio la cocina.

Nos cuenta la historia de Jenna, una mesera y repostera que descubre su repentino embarazo, el cual no la hace feliz en absoluto, principalmente porque su esposo es un hombre irresponsable, vago e, incluso, violento. Él se queda con el dinero que Jenna consigue en el restaurante, lo que impide que esta lo deje. Su vida se complica aún más cuando conoce a su guapo ginecólogo, con el que empezará un tórrido y clandestino romance.

Si bien la premisa suena bastante entretenida, el desarrollo deja mucho que desear. Empieza muy bien, con coreografías creativas y divertidas en la cafetería, así como un momento estelar de Dawn, la joven e inexperta amiga de la protagonista, interpretada por una genial Kimiko Glenn.

Pero luego de esto, cae en repeticiones, se vuelve tediosa y un tanto predecible. Desde la primera escena del Dr. Pomatte, sabemos que terminará enredándose con Jenna. Increíblemente, cuando esto finalmente pasa, es cuando el espectador vuelve a engancharse. Con la sensual coreografía y letra de “Bad idea”, durante los últimos 10 minutos del primer acto, retomamos el interés en la historia.

El segundo acto mejora, pero tan solo por segmentos, y luego vuelve a caer en los errores de la primera hora.

Jessie Muller, ganadora de un Tony por la obra “Beautiful: The Carole King Musical”, se adueña de Jenna y logra que sintamos todas las batallas internas que está sufriendo. Podemos relacionarnos con ella, con la mujer desesperada por liberarse de un marido tiránico y explotador, con la mujer con ganas de vivir nuevas experiencias. Desarrolla tan bien el personaje que en ningún momento la juzgamos, ni siquiera cuando vemos que la esposa del Dr. Pomatte va a ser la enfermera que la ayudará en el parto.

Muller explora todos estos matices mediante su desgarradora y potente voz. Nos roba el aliento con “What baking can do.” Consiguió una nominación al premio Tony por este papel.

Sara Bareilles, la compositora del musical, desarrolla una banda sonora divertida y con muchos toques típicos de la música pop, como cuando presenta el dueto “I love you like a table”, pero también presenta baladas conmovedoras, con el sello característico de Broadway, como “She used to be mine”.

No es sorpresa que no se llevara ninguno de los 4 premios Tony por los que competía, sobre todo si mencionamos que se enfrentaba al ciclón de Hamilton. “Waitress” es una buena puesta en escena, pero no llega a alcanzar las expectativas con las que fue promocionada.

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