Buenos Aires.- Con un equipo en construcción, Gallardo debe acomodar la defensa en función de lo que le queda a disposición. Por lo pronto no contará con su lateral izquierdo durante 3 meses. Si los equipos se arman de atrás para adelante, el Muñeco está en problemas.
“Esta semana tendrán tiempo de hablar de plantel corto”. El entrenador de River se adelantó a las críticas que podrían caerle luego de sumar a Montiel y Milton Casco a las bajas en defensa. Sin embargo, el entrenador debe apuntar este mal momento para el próximo mercado de pases y enfocarse ahora en el próximo sábado: ¿quiénes estarán en la última línea frente al puntero Estudiantes?
Sin Maidana que arrastra problemas en el isquiotibial derecho, Montiel suspendido y con la novedad de que Casco acompañará a Lollo en la enfermería hasta la próxima pretemporada, River deberá improvisar en el fondo. Como si no fuera suficiente, Olivera, reemplazante natural del ex Newell’s, que defendió el lateral izquierdo frente a San Martín de San Juan, también se realizó estudios por una distensión en el sóleo derecho.
Así, con lo que le queda, lo más lógico sería que ante el puntero Mayada sea el lateral por derecha, Mina esté acompañado en la zaga por Ponzio, Rossi (si se recupera de su esguince de tobillo) o el juvenil Kevin Sibile y que la banda izquierda sea marcada por el paraguayo Jorge Moreira.
Además, los únicos dos defensores naturales que le quedan al plantel profesional no han descansado ni un minuto desde que llegaron a Núñez. Tanto Mina como Moreira, a su vez, acumulan frecuentemente minutos en sus Seleccionados y, en el caso del ecuatoriano, siquiera tuvo vacaciones antes de llegar al Millonario.
Por eso, Gallardo ruega para que se termine esta “mala racha”. Mientras tanto las voces de los hinchas se hacen escuchar respecto al trabajo del preparador físico, Pablo Dolce, y la elección de no cubrir suficientemente los huecos que dejaron en el último tiempo Funes Mori, Pezzella, Balanta, Mammana, Vangioni y Mercado; al menos, con jugadores que pertenecen a la institución, pero fueron cedidos (Barboza-Defensa y Justicia- y Vega-Newell’s).
Para sumarle mayor dramatismo a la situación la forma en que surgió la confirmación de la lesión de Casco fue un doble baldazo de agua fría para todo River. Tras realizarse los estudios pertinentes al mediodía, el lateral fue optimista al referirse a una “inflamación” y no descartó su presencia para el fin de semana. Por el contrario, horas más tarde, el cuerpo médico del club confirmó que cuenta con una rotura parcial del tendón de Aquiles derecho que lo marginará de las canchas al menos por 3 meses.
Sin Casco y otros defensores, en River, hay peligro de derrumbe.
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