Opinión.- La goleada por 4 a 0 de Boca a Temperley dejó pocas cosas más que la confirmación de la notable diferencia futbolística entre ambos equipos: entre ellas, nos recordó que Carlos Tévez es el jugador de mayor clase en el fútbol argentino.
La audaz propuesta del equipo gasolero de ir a presionar alto y disputarle el protagonismo a Boca se comenzó a derrumbar a los 9 minutos, en la primera pelota que tocó Tévez en buena posición. Recibió de Pablo Pérez (de gran encuentro) en las inmediaciones del área, esperó el momento preciso y filtró un pase “riquelmeano” para Centurión, que terminó dejándosela a Peruzzi para que definiera a placer.
Distinto fue el segundo gol. No estaba Temperley en posición defensiva ni había muchas piernas entre las que meter un pase. Al contrario, surgió de una contra rápidamente montada que derivó en la conducción de Carlitos a campo abierto y ante una defensa descompensada: imperdonable para los visitantes, que además de tener que sufrir la presencia de un fuera de serie en el equipo rival, le daban las ventajas para explotar su calidad. Entró Pavón en diagonal, Tévez lo advirtió y metió otro pase divino para el 2-0.
Once minutos habían pasado y ya Temperley estaba en la peor de las situaciones. Las ilusiones de sumar en La Bombonera parecían esfumarse fugazmente y esto fue un baldazo de agua fría en la moral de sus jugadores. Con la comodidad del resultado, Boca podía controlar el trámite y encontrar en cualquier momento otras jugadas donde traducir su superioridad futbolística en más goles. Así, el tercero y el cuarto llegaron casi por inercia, aunque en distintos momentos del partido: el auto-gol de Gastón Aguirre, a los 24 minutos, y el de Walter Bou, ya a los 22 del segundo tiempo.
Para el entretiempo, el tema ya estaba definido. Podemos pasar a las cosas que al hincha de Boca le interesaba que ocurrieran. Primero, que si había que elegir alguien que la embocara, ése era justamente Bou. Para que sume gritos. Para saber que es una pieza confiable para reemplazar a Benedetto cuando no esté, como ahora (¿llegará ante Rosario Central, el miércoles?). En adición, el gol fue un remate bárbaro de zurda junto al palo.
Otro de los intereses del hincha era ver en cancha a los que todavía no habían tenido acción en la temporada: Nazareno Solís y Wilmar Barrios ingresaron en el segundo tiempo e hicieron su debut con la camiseta azul y oro. El colombiano sobre todo, que era el que más se le reclamaba al DT (hasta el Patrón Bermudez había expresado su enojo con Guillermo Barros Schelotto), exhibió unas tremendas ganas de mostrarse y dejó muy buenas intervenciones en la mitad de la cancha.
Boca, con la magia de su as en el comienzo, pudo hacer su trabajo y hasta le sobraron goles para dar minutos a los que todavía no habían podido jugar. Se quedó con una victoria cómoda que lo deja bien parado de cara a los cuartos de final de Copa Argentina ante Central, el miércoles. Fuera de casa, allí donde sufre, pero con una parcialidad xeneize y con todos sus jugadores disponibles excepto ausencia de Benedetto.
Y con Tévez, claro, el mejor jugador de nuestro fútbol.
source http://segundoenfoque.com/tevez-sigue-siendo-el-mejor-02-285718/
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