Puentes que protegen la biodiversidad

Anivel general, el ser humano ha ido innovando de manera progresiva los ecosistemas y hábitats de diversos animales. En diversos lugares a nivel mundial están tratando de poner algún remedio al problema de la circulación natural de ciertas especies haciendo puentes, para evitar pasos que ahora les resultan peligrosos. 

Los pasos iniciales para la fauna se llevaron a cabo en Francia durante los años 50, Desde entonces, varios países, entre ellos Holanda, Japón, Canadá, Alemania y Australia, han creado diversas estructuras para reducir el conflicto entre la vida silvestre y las carreteras.

Cada año, en la isla de Navidad, un pequeño territorio de Australia situado a 370 kilómetros de la costa de Indonesia se produce la migración de los cangrejos rojos que viajan desde sus áreas de desove, ubicadas tierra adentro, hasta el océano. Los cangrejos migran en números tan escalofriantes que los caminos se vuelven intransitables, lo que llevó a erigir algunos de los puentes más extraños y concurridos del mundo.

Por otro lado, sobre la carretera B38 en Alemania existe un Ecoducto que permite que infinidad de animales salvajes crucen por encima de la transitada ruta sin peligro. En el país germano hay varios puentes similares que velan por la seguridad de la vida silvestre y la conservación de la biodiversidad.

Los conocidos pingüinos azules o Kororas, resultan ser la especie más pequeña del mundo y en una ciudad neozelandesa se han visto obligados a cruzar una transitada carretera para llegar desde el mar hasta sus nidos y alimentar a sus polluelos. Para evitar que se accidenten, los habitantes de Oamaru han construido un túnel que les facilita el paso.

En este sentido, la autopista A50 corre de forma que atraviesa casi completamente los Países Bajos y su flujo de tráfico es intenso y veloz, lo que constituía un grave problema para los animales que al cruzarla podían ser víctimas de golpes y atropellos mortales. Este cruce permite a la fauna local pasar de un lado a otro de la carretera de manera segura.

Finalmente una de las innovaciones más destacadas ha sido el puente de cuerdas, y es que los resultados de un estudio del Centro Australiano de Investigación de Ecología Urbana acabaron en la construcción de un puente de cuerdas que atraviesa la carretera de Hume en Victoria. El mismo permite a las ardillas voladoras desplazarse de un lado a otro de la carretera, puesto que su diversidad genética y por tanto la supervivencia de la especie estaban en peligro, debido a la pérdida y fragmentación de su hábitat.

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