Kilian Jornet estuvo dos veces sobre la cima del mundo

Sin cuerdas fijas ni oxígeno artificial, el joven atleta español subió dos veces al Everest en la misma semana. 

Kilian Jornet cumplió su sueño por segunda vez en la misma semana: el catalán alcanzó la cima del Everest, montaña que hasta ahora representaba su mayor desafío deportivo, y lo logró en apenas 17 horas. Estuvo muy cerca de alcanzar al último récord Guinness, el italiano Hans Kammerlander, quién se coronó en 1996 como el más rápido en ascender a la cima del gigante asiático (16 horas y 45 minutos).

“¡Estoy muy emocionado de haber podido hacer cumbre otra vez! Hoy me he encontrado bien aunque hacía mucho viento y me ha costado bastante avanzar. Hacer dos veces cumbre en el Everest en una semana y sin oxígeno creo que establece una nueva línea de posibilidades en alpinismo y estoy muy contento de haberlo podido llevar a cabo“, escribía Kilian Jornet en su blog, luego de demostrar una vez más que el coraje y la perseverancia traen sus frutos a quiénes persiguen sus sueños con fiereza, sean éstos grandes, pequeños, o tan ambiciosos como alcanzar la cima del Monte Everest, nada más y nada menos que el punto más alto sobre la tierra.

Este joven español, de tan sólo 29 años, comenzó un proyecto personal en 2012 (“Summits of my life”), con el firme propósito de establecer récords de ascenso y descenso en las montañas más altas y emblemáticas de Europa y el mundo. Ése mismo año comenzó su aventura por la cordillera del Mont Blanc, luego fue tras el Monte Cervino y el Elbrús, en 2013. Al siguiente año llegó hasta la cima del Denali (anteriormente conocido como el Monte McKinley) en América del Norte, y también se dio el gusto de ascender los 6.962 m del Aconcagua, en América del Sur.

El lunes de la semana pasada, Jornet había alcanzado la cima (8.848 m) del Everest en 26 horas, desde el monasterio de Rongbuk, el cual se encuentra a unos 5.100 m. Una complicación estomacal le impidió estar en las máximas condiciones para lograr su objetivo, con lo cual decidió esperar seis días más para volver a intentarlo. Y fue así, que éste último sábado, en un día muy ventoso en el Himalaya, superó ése resultado, ascendiendo por la cara norte desde el campo base (a unos 6.400 m) en tan sólo 17 horas, sin cuerdas fijas ni oxígeno artificial. Toda una hazaña, por la cual médicos y especialistas ya han sido consultados en otros medios del deporte.

Entre los valores que Kilian defiende y en los cuales halla inspiración, se encuentran la constancia, la simplicidad, la responsabilidad, y la construcción de una identidad a través de las emociones y experiencias que nos afectan. O como él mismo lo explica: “Una cima no es un punto geográfico, una fecha y un crono. Una cima son recuerdos, emociones almacenadas dentro de nosotros, son las personas que nos acompañaban o nos esperaban abajo. Nosotros mismos somos todas las personas que amamos y admiramos, que nos acompañan cuando no están presentes.”

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