España.- El tope de las plazas impuesto en Baleares abre el debate sobre la sostenibilidad de un sector que representa el 11% del PIB español.
Barcelona impidió la apertura de nuevos hoteles en la parte centro, e incluso diseña una senda de decrecimiento en las zonas más saturadas.
Baleares, por su parte, decretó un tope 623.624 plazas turísticas, con vistas a que este número vaya cayendo progresivamente hasta quedar un poco por encima del medio millón.
Algunos actos vandálicos aislados bajo el paraguas del nuevo término de moda, la turismofobia, se han convertido en el peligro del verano.
Por otro lado, el operador turístico TUI echa más leña al fuego al afirmar que España ya está muy llena; y que otros destinos se beneficiarán de esta saturación.
El mismo sector turístico admitió la necesidad de abordar el desembarco masivo de visitantes con chanclas y bermudas en determinadas ciudades o islas.
“En estos lugares, es necesario o bien limitar las capacidades de acogida o bien subir los precios de forma importante. Por eso creemos que la ley balear va en la buena dirección”, aseguró José Luis Zoreda, vicepresidente y portavoz de Exceltur, el organismo que ejerce como lobby del turismo español.
El principal objetivo es, según Zoreda, doble: mantener como locomotora del crecimiento un sector que genera más de 2,5 millones de empleos directos y que, con el 11% del PIB, es ya la primera industria del país. Y de alguna forma, evitar que sus efectos negativos acaben por extender una antipatía entre amplias capas de la población.
A pesar de todo lo ocurrido, el techo de plazas turísticas no es ninguna novedad en Baleares. Se estableció en 1999 bajo el principio de intercambio, que consistía en la creación de una bolsa de alojamientos en la que no se podía dar de alta ninguna cama si previamente no se había dado de baja otra.
Pero tras unos años en los que esta norma se desvirtuó y, sobre todo, tras la irrupción masiva de las plataformas online de apartamentos turísticos, el Gobierno que dirige la socialista Francina Armengol se ha propuesto poner orden en el sector.
Motivado a esto, se decretó una moratoria de un año para Airbnb, Homeaway y similares, y se convierte en ilegales los pisos turísticos que hasta ahora funcionaban al margen de la legalidad. Los incumplidores tendrán que hacer frente a cuantiosas multas.
source http://segundoenfoque.com/pusieron-tope-a-numero-de-turistas-en-baleares-25-373896/
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